domingo, 5 de abril de 2020

COVID-19. HAY QUE ESCRIBIR

La actualidad obliga y ante un hecho que desde que empezó marcará nuestras vidas para siempre, no puedo dejar de escribir. Estamos viviendo una pandemia, algo que jamás pensábamos que pudiésemos vivir. Un enemigo silencioso e invisible se cuela en nuestros cuerpos y en nuestras almas y pone los cimientos del mundo patas arriba. Este virus con corona reina hoy en todo el planeta y nos ha cambiado no solo la vida sino también nuestra forma de verla. Da igual tu raza, tu religión, tu ideología, tu orientación sexual, tu color de piel o tu profesión. Da igual que seas del "primer mundo" (ahora incluso esto está cuestionado) que de África, del Caribe o del Ártico. Toda la Humanidad está padeciendo en mayor o menor medida la peor crisis sanitaria desde hace más de 100 años, mueren las personas y no hay vacuna. El COVID-19 nos transforma nuestros hábitos, rutinas y valores. Ya nada volverá a ser igual una vez termine todo.

Escribo porque estamos en cuarentena. ¡Cuarentena! Algo que leíamos en los libros de piratas cuando llegaba un barco a puerto con enfermos y lo dejaban a cierta distancia de la costa porque los enfermos   podían contagiar, o los metían en una fortaleza sin que pudiesen salir para evitar la propagación. Hoy la cuarentena significa quedarse en tu casa y salir única y exclusivamente a comprar lo esencial para comer. Y en casa seguimos teniendo los lujos de comunicación, cadenas de televisión, música, Internet, telefonía, información e "intoximación". A veces mata más un bulo, una "fake new" o un vídeo viral que el propio bicho invisible, mata más la ignorancia que la propia pandemia. En realidad, siempre fue así, pero siempre en su contexto histórico.

Los centros educativos están cerrados, los negocios de hostelería, el transporte al mínimo, los centros comerciales sin bullicio. Es todo como una película irreal, una especia de pesadilla "light" porque no estamos privados de nada esencial. Esto originará una gran crisis social, económica, política, cultural. Habrá un antes y un después del coronavirus y realmente tendremos que aprender a vivir con él, como con ese tumor dormido que está en nuestro cuerpo y que un día despertará y nos originará otra pesadilla más macabra y definitiva. Y lógicamente este período de confinamiento está sacando a la luz nuestros valores más solidarios y también nuestras carencias, como individuos y como sociedad.

A las 8 de la tarde salimos a las ventanas a aplaudir a nuestros y nuestras sanitarios y sanitarias, que a veces en condiciones muy precarias están en primera línea de batalla, viendo cómo se muere la gente en soledad (12.000 personas ya en España) o viendo también cómo se recuperan y es un gran triunfo. Es un momento en el que muchas veces me emociono y se me saltan las lágrimas. De fondo, alguien pone desde su windows personal (nunca mejor dicho) el himno de esta batalla: "RESISTIRÉ"





Y las horas pasan con actividades que teníamos olvidadas: las cartas, algún juego, un poco de ejercicio, nuevas recetas de cocina... Y nos aferramos a eso, a lo que nos pueda traer de positivo esta situación: una parada técnica para repensar nuestras prioridades en la vida, nuestros valores y nuestros motores para seguir caminando. Si hay algo de lo que España puede estar orgullosa (eso siempre lo demostró) es de sus ciudadanos y ciudadanas, muchas veces menospreciados en otros países europeos pero, como siempre dije en los anteriores post de este blog, con muchas cosas que enseñar a esa Europa que hasta hoy se está mostrando totalmente insolidaria con los dos países de su "unión" que más están sufriendo la pandemia: Italia y España. Lo triste es que a ellos también les llegará y lo pasarán mal, muy mal, aunque se empeñen en maquillar cifras de contagiados y muertos o expresamente digan que no atenderán a mayores de 65 años. Una vergüenza, vamos. 

No quiero entrar en política con este tema. Es momento de que todas las personas estemos unidas, sin mirarnos el carnet de afiliación. Las redes sociales se han convertido en las verdaderas alcantarillas donde las mentes con más MIERDA (y lo pongo con mayúscula) se dedican a desprestigiar a este o aquel gobierno nacional, regional o local, sea del color que sea. Ahí también se ven los valores degradados de ciertas personas que siguen con rencor, con odio, con ira... todo lo que legisle este o aquel, habida cuenta de que estamos en un Estado de Alarma establecido por ley en nuestra Constitución. ¡Y menos mal! Es un momento muy crítico, calificado ayer mismo por el Presidente del Gobierno "la peor crisis de nuestras vidas". Y tiene razón. Coincide que es el presidente del partido político que defiendo y voto. Da igual. Si lo llega a decir el de otro partido no estaría equivocado. Es realmente una auténtica tragedia, para todos y todas, para el niño o niña que lleva metido en su casa desde el día 13 de marzo hasta el anciano o la anciana que vive sola y que un voluntario de servicios sociales tiene que llevarle la comida a casa; desde el pequeño autónomo que no puede abrir su negocio y tal vez nunca lo vuelva a abrir hasta el empresario que tiene que cerrar su empresa y paralizar su producción y despedir a sus trabajadores hasta nuevo aviso, hasta que las cosas empiecen de nuevo a renacer. Porque sí, cuando esto se suavice (porque no se terminará nunca), comenzará la primavera, el "Renacimiento", muy despacio y poco a poco, ampliando la movilidad, acercándonos más entre unos y otros y eso será lo que realmente empecemos a valorar como importante.

Y ahora os hablo de mí. He vivido fuera tres años, lejos de mi entorno y de los míos. Os puedo asegurar que hay momentos estos días donde me he sentido aún más lejos que a 2.000 km. Llevo sin ver a mis padres casi un mes, sin tocarles y sentirlos al lado; hablo con mis primos por whats app y lo que deseo es ir a verlos y hacer una comida todos juntos; lo mismo con mis tíos, que alguno vive a 10 km de A Coruña y cuando acabe esto necesito abrazarlos; y mi hermano, mis sobrinos, mi cuñada... deseando cargar mi coche con los bártulos de feria e irnos a un campo a vender sus muñecos de crochet. No sé, son momentos muy emocionales. Y yo, que siempre he sido de UNIR, de construir y no de romper, quiero ese contacto con la familia. Hace 12 años se casó un primo mío y en su boda hizo un pequeño discurso diciendo que "si todo el mundo tenía una familia, a él le había tocado la lotería por la familia que tenía" y estábamos todos allí. Mi familia siempre ha estado muy unida en los momentos buenos y en los más duros y realmente son los que al final siempre están. 

Y los amigos y amigas... son innumerables. En Holanda están varios que conocí allí y con los que mantengo un contacto constante por facebook o teléfono; en España, desperdigados por toda la geografía, desde Murcia a Granada, desde Asturias a Madrid, desde León a Alicante, con muchas ganas de compartir vivencias de estos momentos. Y por supuesto, en Galicia: en Padrón, en Sanxenxo, en Lugo, en Monforte, en O Rosal, en Foz, en Milladoiro, en Ourense, en Fene... seguro que os dais por aludidos y aludidas. También personas de mi partido, vecinos, amigos de mi entretenimiento favorito y que por primera vez en su historia se ha cancelado (sí, este año nos quedamos sin Eurovisión), estamos pendientes unos de otros. Mis compañeros y compañeras de trabajo en el colegio, que nos hemos unido como nunca antes y que el día que entre de nuevo por la puerta no podré evitar emocionarme y abrazarme a ellas y a ellos. Y por supuesto, mis alumnos y alumnas... ¡cuánto los echo de menos estos días! Me he comunicado por ellos a través de otro blog para dejarles trabajo porque así nos lo han ordenado desde la Consellería de Educación y algún mensaje que me han dejado me ha emocionado, ¡cómo no! No hay nada que compense más en el mundo que sentir que tu trabajo es valorado no solo por ellos sino también por sus familias. Nunca podré agradecer todo lo que me ha dado mi profesión de maestro, tal vez tendría que crear otro blog para contar todo lo que supone ENSEÑAR y EDUCAR.

En fin, lectores y lectoras, solo me queda dar ALIENTO. Vamos a salir de esta, tarde o temprano, pero lo conseguiremos. Y seremos algo diferentes después, yo quiero ser positivo y pensar que como personas creceremos y maduraremos. Aquel o aquella que siempre fue tóxico, lo seguirá siendo, sin duda, como el virus; pero tengo la esperanza de que alguno o alguna se transforme un poquito, no ya tanto por el bien común sino por su propio bien. Lo que sí me está quedando claro en estos 21 días que llevamos ya confinados es que la gente que pertenece a mi círculo social y familiar vale muchísimo la pena y por eso estoy orgulloso de tenerlas al lado, aunque ahora no nos podamos ver, sentir o tocar, llegará el momento en que sí lo hagamos y seremos todos y todas un poquito mejor. Así que nada, ÁNIMO y recordad que 

#EsteVirusLoParamosJuntos

#QuedateEnCasa

#QuedaNaCasa

#StayAtHome

#BlijftUDanThuis




sábado, 5 de octubre de 2019

501... Y FINAL

Hace 9 años empezó esta aventura, con mi adjudicación de una plaza en los Países Bajos de la Acción Educativa Española en el Exterior. ¡Cuántas cosas han sucedido en este tiempo! Tanto a nivel profesional como personal. Una vida cambiada, una vida nueva...

Llevaba unos meses con la idea de terminar el blog. No es porque no me guste escribir, sino por otras razones. Creo que todo tiene un principio y un final. Las nuevas tecnologías con el auge de las redes sociales, avanzan más rápido que nosotros mismos. En 2010 yo no usaba whats app, prácticamente facebook estaba en pañales y ahora solo estas dos aplicaciones nos comen horas de nuestra vida. 

Pero el motivo principal no es ese. A punto de cumplir medio siglo, creo que, como os he dicho, todo tiene un momento. Y el momento de ONDAS ATLÁNTICAS ha llegado hasta aquí. Os aseguro que no es fácil estar escribiendo esto (ya me estoy emocionando). Mucha gente ha leído mis post, mi bitácora, desde amigos hasta personas que llegaron al blog por diversas razones. De muchísimos países del mundo han entrado por aquí, he conocido a dos blogueros que están todavía en Holanda que sé que lo echarán de menos y que siempre agradecieron lo que escribía: Paquito y Pelocha... bufff, nos vimos pocas veces pero fuisteis también un apoyo y una inspiración en momentos duros. Pelocha está a punto de casarse y estoy seguro que será feliz con su "tulipán" (me encantó esa expresión y se la copié, aún sigo usando aquí "Tulipandia"); Paquito seguirá luchando cual quijote contra todos los molinos que se le pongan por delante... como si Holanda tuviese pocos molinos. ¡Qué crack! Y por supuesto, espero que vuelvas aquí, a esta España tan complicada a veces de entender, sobre todo cuando vivimos fuera y cogemos PERSPECTIVA (también se lo he copiado).

Supongo que con todo lo que he escrito habrá que hacer algo. Por lo de pronto, una copia de seguridad. Después, ya se verá. Ha habido personas que me dijeron que resumiese todo y escribiese un libro. Me parece pretencioso, la verdad, solo ha sido una experiencia que tuvo su origen en mis años en aquellas tierras bajas, bajas, bajas y que continuó después en Galicia por otros motivos, entre ellos incluso terapia personal.

Evidentemente, en estos casos, siempre hay que decir GRACIAS. A las más de 200.000 visitas que ha tenido el blog, a los y las seguidores incansables, a los y las que leísteis y os sirvió para entender cosas de aquí y de allá, a los y las que dejasteis comentarios, a los y las que protestasteis. Hemos hablado de cultura, de política, de sucesos, de anécdotas, de viajes, de emociones, de educación, de salud, de música... de todo y lo cierto es que estoy muy orgulloso de escribir todo lo que ha salido de mi "cabeciña", seguramente alguna vez con más o menos acierto, pero es lo que YO quise poner y lo que sentía.

En fin, las despedidas cuanto más cortas, mejor. Os echaré de menos, sin duda. Y, quién sabe, a lo mejor surgen otras ideas mejores o no. Solo comentar que en A Coruña estoy, con las puertas abiertas a quien quiera hacerme una visita o darme una sorpresa. GRACIAS de nuevo a las personas que me apoyasteis estos años, siendo lectores o simplemente hablando del blog, soy yo el que lleva un enriquecimiento único por todo lo vivido y experimentado, aquí y allá. Desde luego, no soy el mismo que se fue en 2010 y espero seguir evolucionando y madurando como persona pero, sobre todo, aprendiendo, que la vida es eso, un continuo aprendizaje. HASTA SIEMPRE.





lunes, 19 de agosto de 2019

RUMANÍA, 2ª PARTE

Rumanía es un país de contrastes. No hay términos medios. O ves a gente con un nivel adquisitivo inmenso o ves gente muy pobre. Eso sí, todos muy amables. Leyendo un poco te enteras que las fronteras actuales fueron, como en la mayoría de los países europeos, un toma y daca después de guerras y tratados que dividieron pueblos y culturas o mezclaron otros. Y ahí tenemos el germen de muchos problemas.

Si hablásemos a grandes rasgos de las tres regiones históricas de Rumanía tendríamos que citar tres nombres: Valaquia, Transilvania y Moldavia. ¿Y de dónde son los que se consideran "rumanos de toda la vida"? Pues complicado definirlo porque sabiendo que el rumano es un idioma de origen latino que surgió en la Dacia romana, este territorio hoy está enclavado en 6 países. Lo que llama mucho la atención es que, por algunas localidades que pasábamos, los carteles que anunciaban el nombre de las mismas estaban en tres idiomas: rumano, húngaro y alemán. Lo cierto es que la minoría húngara llega en algunas localidades al 50% de la población y en todo el país la media es del 20%, pero son rechazados por los rumanos "de pura cepa", para entendernos, porque son los de clase social más baja y de etnia más oscura, vaya, los que aquí llamamos "gitanos rumanos" que en realidad son húngaros, los "gipsies".

En nuestro tour continuamos hacia la ciudad de Sighisoara y por la carretera veíamos muchos individuos de esta cultura. Lo cierto es que conservan su estilo de vida y donde más lo acusábamos nosotros era en su modo de conducir. Mejor no comentar mucho porque aparte de tener unos coches de cilindrada importante y muy tuneados, eran un peligro en las carreteras: velocidades de vértigo, adelantamientos por la derecha, parados en medio de una carretera nacional para comprar, descansar o lo que les apeteciese... De todos los viajes que hice sin dudarlo este fue donde peor lo pasé conduciendo, pero por suerte no tuvimos ningún percance. Pero vamos al relato turístico y cultural que es lo que más os gusta, por lo que me decís por otras redes sociales.

Sighisoara es Patrimonio de la Humanidad. Destacar su Torre del Reloj y su ciudadela, a la que podemos acceder por una escalera cerrada por una construcción de madera que data del s. XVII. La subida a la torre es el atractivo principal, junto con un hecho que también tiene que ver con el sanguinario Vlad Tepes y es que aquí está su casa natal, convertida hoy en un restaurante al lado de cuya puerta está una placa que recuerda tal evento. Lo cierto es que este elemento me genera tal repulsión por lo cruel que fue que, si hubiese vivido en el s. XX y hubiésemos visto sus atrocidades, no creo yo que le hiciésemos tanto caso. Es como si aquí en España, hiciésemos un tour bajo la figura, por ejemplo, de Torquemada. Pues allí vende y lo peor es que el turista compra y ríe, sabiendo que mataba porque sí, incluso a niños. En fin...


Como la ciudad se ve pronto, decidimos continuar después de comer hasta Sibiu. Otra ciudad que culturalmente destaca en el mapa de Rumanía y también Patrimonio de la Humanidad. Fue Capital Europea de la Cultura en 2007 y su casco antiguo también es digno de ver. Lo cierto es que no estuvimos mucho tiempo porque el tiempo que pasabas en las carreteras hacía que se acortasen los de visita, pero bueno, para dar una vuelta por la zona monumental, sacar alguna foto y comprar algún recuerdo pues era suficiente. Lo gracioso de la visita de Sibiu fue que nos cruzamos con un grupo organizado con guía en español y alguna de las integrantes murmuraron "los vimos en el aeropuerto", lo cual iba por supuesto en referencia a nosotros, que íbamos por libre y autónomos. Lo cierto es que Sibiu la vimos más cuidada que Sighisoara, también es verdad que es más grande y que probablemente tenga más posibilidades económicas para el mantenimiento, la limpieza, etcétera. En definitiva, que merece la pena y que hay que visitarla, intentad hacerlo con más calma que nosotros.


El último día de nuestra estancia en Brasov lo dedicamos a disfrutar de la ciudad, de la caminata por el monte Timpa, de su casco antiguo y, en definitiva, de todo lo que nos podía ofrecer una ciudad del tamaño de Coruña pero que cultural y paisajísticamente recomiendo al 100%. Brasov está muy bien comunicada, aporta un plus al turista por la animación en sus calles y podría atreverme a decir que fue la parada que más me gustó porque aglutina arte, naturaleza, tradición, gastronomía, cultura y es un buen punto de partida para otras excursiones. Subir al monte Timpa en funicular, ver las vistas desde allí y luego bajar andando por la ladera forestal, llegando incluso a pasar por debajo de los cables del funicular pues en un día de calor se agradeció. Eso sí, no me la imagino en invierno, aunque a los amantes del esquí les encantaría porque tiene una estación invernal cercana, Poiana Brasov, pero soportar unos -10º en enero con nieve constante limitaría bastante. Pero bueno, estuvimos a 38º en agosto, no sé con qué me quedaría.


Después de los días en Brasov solo nos quedaba una etapa: llegar al delta del Danubio, a Tulcea, localidad de partida para las excursiones por el delta. El viaje de unos 300 km. duró... ¡¡8 horas!! Lo cierto es que solo paramos a comer en una localidad llamada Focsani en la que no había nadie a las 2 de la tarde de un domingo a cerca de 40º y parecía que estábamos en el Lejano Oeste. Una pizza muy económica, al cambio 4 euros, y continuar. Llegamos al puerto de Galati, a pocos kilómetros de las fronteras de Moldavia y Ucrania, ya en el Danubio y convencidos de que nos quedaba poco nos encontramos que NO HAY PUENTE y hay que pasar en transbordador con el coche. Pues nada, una aventura más. Lo cierto es que luego entramos en la provincia de Tulcea y la verdad es que era un paisaje más amable, más llano, la proximidad del río dulcificaba todo.

Tulcea estaba en plena ebullición de un domingo caluroso y con atracciones en su paseo fluvial, bastante descuidado por cierto. Al llegar al hotel el recepcionista ya nos ofreció una excursión de 7 horas en barco privado por el delta para el día siguiente y claro, la cogimos. A eso íbamos allí. Lo cierto es que la Reserva de la Biosfera del Delta del Danubio, la más grande de Europa, es inabarcable. El Danubio se rompe en tres brazos a unos 100 km. del mar Negro, uno hace frontera con Ucrania, otro discurre más o menos en horizontal hacia el mar y el tercero, más al sur, hacia las zonas de recreo de la costa rumana. Pero en todo el territorio que abarca hay múltiples canales y lagos con una fauna y flora muy diversas, áreas de protección totalmente restringidas al público y pocas localidades habitadas a las que solo se accede en barco. Contábamos con ver pelícanos, pero nos tuvimos que conformar con garzas, diferentes especies de ánades, grullas, martines pescadores y poco más. Coincidimos en la excursión con otro matrimonio español y su hijo y el precio incluía comer en una especia de poblado "hippie" donde, por supuesto, comías pescado del río, cocido y frito. A mí no me daba mucha confianza el pescado de marras porque viendo lo que se vertía al río en el embarcadero de Tulcea pues no sé yo si pasaría los mínimos estándares de calidad para el consumo, pero en fin, no quedaba otra. Además Lorenzo, el hombre que nos lo sirvió, había vivido en España y lo había cocinado expresamente para los que íbamos en la barca, conducida por otro capitán que ni una palabra nos dijo durante toda la travesía, pensando que la visita sería guiada en español, pero no. Así que salimos un poco frustrados de la singladura, pero bueno, podemos decir que parte del delta del Danubio la hemos visto.


Aparte de esta atracción, Tulcea tiene poco más que ver. Así que dos días fueron más que suficientes para estar allí, siendo el segundo cuando pusimos rumbo de nuevo a Bucarest para pasar la última noche allí y madrugar al día siguiente para ir al aeropuerto y coger el avión de vuelta a España.

En conclusión, Rumanía MERECE LA PENA. Rompes tópicos, valoras más lo que supone la Unión Europea para el progreso de los estados miembros (mucho IVA tenemos que pagar todos para que Rumanía se ponga a nuestro nivel), es un país de importantes recursos tanto económicos como culturales, es barato, su gente es muy amable y paisajísticamente lo tiene todo: mar, montaña, llanura. Tradición, gastronomía, historia, también modernidad... en definitiva, si tenéis la ocasión de visitarla alguna vez, salid de los circuitos tradicionales y aventuraos. Nos quedó por ver el norte, con los monasterios de Bucovina, el cementerio alegre de Sapanta, Maramures o Cluj-Napoca, pero eso justificará algún día una segunda incursión, esperemos que las carreteras mejoren de aquí a esa fecha porque son muy, muy necesarias para la movilidad no ya del turista, sino de la propia población.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, este post es el número 500 del blog. Haré en breve otro más para valorar lo hecho hasta aquí después de 9 años. Espero que hayáis valorado quienes leéis este diario desde sus comienzos todo lo que he aportado. Y eso, pronto, noticias.

viernes, 16 de agosto de 2019

RUMANÍA: 30 AÑOS DESPUÉS DE CEAUCESCU

¿Echabais en falta el viaje de verano? Pues aquí está. Tras unos días por el Norte de España, de los cuales nos llovió la mitad, pero aún así pude volver a pisar Donostia, Bilbao o Santander, el viaje de este verano nos lleva a uno de esos países que generan cierto recelo en España, básicamente por estereotipos no muy justos sobre sus ciudadanos. Me refiero a RUMANÍA.

No voy a hacer varios post porque creo que podré condensar en unas cuantas palabras lo que significó esta aventura que comenzó, lógicamente, en la capital, Bucarest. Ciudad que todos recordamos por varias cosas, pero sobre todo por lo que sucedió allí hace ahora 30 años, en diciembre de 1989 con el derrocamiento y ajusticiamiento del dictador Ceaucescu y de su mujer Elena. Y visitando la ciudad uno entiende que acabaran con él así porque realmente dejó al país con una miseria absoluta mientras ellos vivían en una opulencia faraónica. Fiel reflejo de esa megalomanía enfermiza es el Palacio del Parlamento, concebido como Palacio del Pueblo y que es el segundo edificio administrativo más grande y costoso del mundo, tras el Pentágono. Una obra que visitamos en un tour guiado en español y en la que trabajaron desde 1983 en que empezó a edificarse, 24000 obreros en 3 turnos ininterrumpidos y en el que se emplearon los materiales más costosos y que la guía nos iba relatando dejándonos los ojos como platos. Toneladas de terciopelo para las cortinas, kilómetros de alfombras, un volumen inconmesurable de los mejores mármoles y maderas del país y de otros lugares del mundo... un lujo fuera de la realidad de la población rumana que llegó incluso a plantearse, tras la caída del tirano, en convertirlo en casino. Realmente si el susodicho palacio se lo vendiesen hoy a un jeque árabe tendrían resueltas las miserias del país, sin duda.


Solo para que os hagáis una idea de las dimensiones os diré que la visita guiada solo es por el 4% del total edificado, que en el subsuelo hay aún 7 plantas más, que para construirlo se tiraron 12 iglesias, 3 monasterios y ¡¡7000 viviendas!!, y que en una sala que se concibió como teatro (y que nunca se pudo usar como tal porque no tenía bastidores) hay una lámpara fija que para limpiarla y cambiar las bombillas hay que entrar por el suelo del piso superior y pueden entrar en ella 4 personas para esas labores. En fin, la locura.

Bucarest es una ciudad que tiene mucho que avanzar como capital. El transporte es un poco caos, aunque el metro no funciona mal. Hay muchos taxis y compañías privadas de alquiler, pero la conducción no solo en la capital sino en todo el país es una actividad de gran riesgo y da la sensación que hay otras normas de circulación que no entendemos, ellos sí.

Así que tras dos días en la capital más uno a la vuelta de nuestro tour particular para volver a coger el avión de regreso, empezamos nuestro periplo por las carreteras de Rumanía. Sí, CARRETERAS, porque autopistas o autovías escasean, solo en el entorno de Bucarest las encontramos. Así que después de pasar la ciudad petrolera de Ploiesti, que es un foco industrial y con mucha contaminación, empezamos a adentrarnos en los Cárpatos y llegamos a la primera localidad en la que hay que pararse: SINAIA

En esta vergel de montaña hay una estación de esquí y se ve que hay más nivel de vida que en localidades o pueblos circundantes. Es decir, la "gente bien" pasa aquí parte del verano y seguramente se vendrá a esquiar en invierno. Y en Sinaia está el Palacio Peles, que pertence a la familia real rumana y que es también visita obligada, junto con el Monasterio de Sinaia, un lugar de peregrinación ortodoxo que destaca por sus pinturas al fresco de las dos iglesias, la actual y la primitiva. El entorno os aseguro que es espectacular. Y desde Sinaia se pueden hacer muchas rutas de senderismo por los Montes Bucegi, pero nosotros nos encaminábamos hacia otra ciudad y solo vimos lo imprescindible.



La carretera continuaba con una retenciones kilométricas por un valle espectacular, pero que hace que un recorrido de pocos kilómetros se convierta en una odisea, demasiado tiempo desaprovechado. Pero por fin llegamos a la ciudad en la que más noches pasamos: BRASOV

Y es en esta ciudad donde tal vez vimos una Rumanía más moderna. El hotel que contratamos era prácticamente nuevo, en la cima de la ciudad, con unas vistas e instalaciones espectaculares, incluído spa que por supuesto disfrutamos. Brasov está en la falda del monte Timpa, que le da refugio y un clima más suave que otras ciudades de las llanuras. La subida a este monte en funicular y la caminata posterior por la reserva forestal ya merecen la pena, aparte de tener un casco antiguo bastante bien cuidado a pesar de que aún están restaurando algunos edificios, pero muy dinámico. Además fue la ciudad base para visitar otros lugares que ahora os iré contando y que seguro esperáis. 


Uno de los tópicos de Rumanía es, por supuesto, Drácula. Pues siento deciros que poco hay de realidad en este personaje. El castillo de Bran, lugar donde supuestamente Bram (con "m") Stoker situó su novela, es visita obligada, aunque después de hacerla me atrevería a decir que prescindible. El castillo no sorprende, lo que pasa es que el mito de Drácula y estar enclavado justo en la frontera de Transilvania con Valaquia es lo que ha hecho que se explote este lugar con todo lo que tiene que ver con los vampiros, el terror y demás. Es cierto que lo habitó el horroroso y cruel Vlad Tepes, hijo de Vlad Dracul, "el rey diablo", y fue un rey sanguinario, más bien un loco que empalaba no solo a sus enemigos sino a todo aquel (hombre, mujer e incluso niños) que no siguiesen sus normas o las transgrediese. Se cuenta que el camino de entrada estaba lleno de personas empaladas en una muerte atroz, que llenaban de sangre la subida, de ahí va surgiendo el mito de la sangre y el terror que infundía este señor. El caso es que todo ello, adornado con la novela y el entorno del castillo (por cierto, fue el único lugar de Rumanía donde oímos truenos), es el cóctel perfecto para el negocio. Y Bran hoy es un pueblo que explota el negocio, sin más. Tiendas llenas de souvenirs con la imagen de vampiros, un merchandising que roza lo hortera, furgonetas que te llevan y te traen por pocos lei ofreciéndote el "tour del terror", cuando en la visita guiada solo se centran en la labor de la reina María de Rumanía, fallecida en 1938 y muy querida por el pueblo y escasamente en la figura de Drácula, de la que no hay ningún documento que certifique su existencia ni que se alimentase de sangre.

Después de esta visita nos aventuramos por los Cárpatos. Condujimos por una carretera terrible pero con unos paisajes espectaculares. Llegamos a un desfliadero precioso, entre abetos y a la cima de un puerto donde se acababa el asfalto y teníamos que continuar por una pista de piedras y tierra en la que no quisiera verme en invierno. Vimos la vida tradicional rumana, sus viviendas, la gente recogiendo la hierba en carros que veríamos en España hace 50 años... en fin, toda una aventura de la que nos quedamos con el paisaje que nunca dejará de impresionar. 



Continuaremos en otro post, para no haceros la lectura demasiado pesada, en pocos días.

miércoles, 17 de julio de 2019

MALTRATO

Ayer oí el relato de una mujer maltratada. Una mujer cercana a mí. Tomando un café y contándome su calvario durante muchos, muchos años. Una mujer con la que tuve siempre mucho trato, con sus hijos y con su marido, el maltratador. No quiero dar muchos datos porque el peligro sigue estando ahí. Ahora vive sin él, desde hace poco tiempo, pero siempre alerta, que no vea su coche cerca de su nuevo domicilio, que no se cruce con él en una calle, a la puerta de un supermercado, cuando va a sacar dinero de un cajero.

Lloré. Lloramos. Nos abrazamos. Y en todas las situaciones que viví con ella, con ellos, jamás hubo el más mínimo indicio de maltrato. Ni marcas de golpes, ni rostros tristes, absolutamente nada. Pero la situación se reproducía cada x tiempo. Sus hijos también sufrieron maltrato, incluso con lesiones que jamás se denunciaron. Ella tampoco nunca denunció. Acabó huyendo.

No importa la edad, no importa el lugar, no importa la clase social. Existen, silenciosos. Y lo terrible es que probablemente tú, y tú, y tú, estés tratando diariamente con maltratadores y no lo sepas. Hombres que son capaces de aparentar una vida completamente feliz y ser unos verdaderos psicópatas. Imaginad que sois una pareja con hijos, los lleváis al colegio todos los días, los recogéis, conocéis a otros papás y mamás, a los compañeros de tus hijos, os juntáis en cumpleaños, incluso hacéis amistad más fuerte con algunos de ellos porque sois de edades similares o incluso trabajáis en el mismo sector, todos vivís en el barrio, compartís momentos por las actividades extraescolares de los niños e incluso llegáis a organizar una cena en casa un sábado, sois aficionados al mismo deporte o a una serie... Pues bien, ese con el que tan bien te llevas, es un maltratador. Y cuando te enteras te quedas con una cara de idiota que te hace cuestionar dónde has estado, qué has vivido, cómo es posible que hayas compartido con él sentimientos, vivencias y emociones que a lo mejor solo sabe él.

¿Y ella? Pues delante de vosotros totalmente cordial, simpática, abierta, colaboradora... pero en su intimidad vive prácticamente en el infierno, preocupada porque un día, sin más, se levante del sofá, le ponga las manos al cuello, empiece a insultarla llamándole PUTA, TÚ NO SIRVES PARA NADA, golpee a sus hijos, denigre a su familia política, etcétera, etcétera. Un proceso de anulación como persona que empezó ya probablemente siendo novios y que a pequeñas dosis vas integrando en tu modo de vida hasta que un buen día o eres noticia en los telediarios porque te ha matado o no lo eres y huyes, apoyada por tu familia, por tus hijos si ya son mayores, por tu entorno íntimo si realmente te cree lo que estás contando o te lo inventas por algún motivo. No, no es invención, es TERROR.

Y ahora que sé lo que pasó durante años y aunque ella sea la víctima total y doy gracias porque está viva aún, siento que todos nosotros también fuimos víctimas y cómplices. Víctimas porque el maltratador nos ha hecho creer en él, formaba parte de nuestro entorno como ella, y porque nos sentimos heridos por su constante mentira; cómplices al mismo tiempo porque no supimos detectar, si es que podíamos entreverlo, el más mínimo indicio de que esto estaba sucediendo. Y fueron años, muchos años.

Ayer ella llorando me dijo que "ahora soy libre y puedo vivir, tengo que vivir". Económicamente la situación no le favorece mucho, pero es capaz de tomar sus propias decisiones, de compartir sus emociones y de gestionar sus vivencias. Y yo aún estoy con un nudo en el estómago porque la quiero mucho y oirla me rompió. Cuando veo en los medios de comunicación a determinados políticos o personajes decir que todo esto es una "invención de las feministas y de la ideología de género", aumenta mi furia, que hay que contener porque sino acabaríamos convirtiendo el día a día en una lucha constante contra estos gurús que jamás han escuchado un relato como el de ayer.

Así que nuestro deber como seres que vivimos en sociedad es estar alerta, educar, concienciar, apoyar e integrar en nuestro sistema de valores la lucha contra la violencia machista. Que sí, que están ahí, silenciadas pero maltratadas. Y tenemos que acabar con esto, como sea. Y a ellos... no sé qué solución habría que darles. No sé si se pueden rehabilitar o no. Sinceramente, creo que si son realmente conscientes de lo que hacen, acabarían suicidándose porque han actuado como monstruos, como animales primitivos, reptilianos, no como seres humanos racionales. Mientras, NI UNA MÁS, por favor, luchemos por evitarlo.



lunes, 8 de julio de 2019

VERANO ESPAÑOL

Decir verano en Galicia un 8 de julio es estar muchos años aún esperando por él. Tuvimos una semana bochornosa de calor en junio y después las temperaturas bajaron considerablemente teniendo incluso nieve en las montañas y a día de hoy se cuentan con los dedos de una mano las jornadas que han venido verdaderamente de playa.

No ocurre así en el resto de España, donde una ola de calor que puso los termómetros al límite (algunos lugares llegaron a 47º) hizo que sus habitantes envidiaran estar en esas fechas en Galicia. Sin embargo, decir verano en España es decir sol, playa, terraceo, chiringuito y desde hace pocos años también decir "balconing" en Magalluf, uno de los municipios mallorquines que desea por una parte que lleguen los turistas porque dejan dinero y por otra no, porque solo dan problemas. Y cuando hablo de problemas hablo incluso de muertes por esta práctica que vino importada probablemente de esos países que tanto anhelamos por su civismo como son Suecia, Holanda, Dinamarca, etc., pero que luego resulta que sus ciudadanos son tan marulos que acaban muriendo haciendo esta actividad que seguro en su país no hacen.

Hoy me levanto con la noticia de un joven sueco de 24 años muerto porque se cae desde un quinto piso en Mallorca. Me da igual si estaba haciendo "balconing" o no, el caso es que viene a España a hacer lo que en su país no le dejan. Y no es el único. MILES de jóvenes (y no tan jóvenes) de todos esos países, incluyendo a los "formalitos" del Brexit, los gentlemen británicos, también, protagonizando escenas más propias de seres tipo Neanderthal o Cromagnon que humanos con un sentido cívico. ¡Ah! Y no, no vienen musulmanes a alterar el orden, como pueden pensar algunos, vienen estos, voy a decirlo, subnormales a poner en jaque a las Fuerzas de Seguridad españolas, a los servicios de emergencia, a los vecinos, al resto de turistas para, en muchos casos, volver a su país en una hermosa caja de pino, y seguramente echando la culpa a algún factor de nuestro sector turístico como la seguridad del balcón, o de la piscina, o de la discoteca o de lo que sea. 

Sinceramente, me indigna soportar a esta gente. Y curiosamente no he visto a nadie llamar a estos energúmenos "CHUSMA" como les llaman a otros que llegan en los bajos de un camión o en una patera a nuestras costas y no precisamente para hacer turismo. Estos días ha vuelto a reaparecer otro caso de cromañones como los de Pamplona, de lo que hablé largo y tendido aquí, juzgando a 6 hombres que violaron a una menor de 14 años en Manresa (Barcelona). He llegado a ver comentarios en las redes sociales diciendo que se ocultaba la repercusión de este caso porque los hombres eran inmigrantes y la menor también y que a "la izquierda" no le interesaba porque les protegía... En fin.

Total, que entre unas cosas y otras uno añora aquellos veranos en los que pasabas horas en la calle, que ibas a cualquier playa sin mirar el tiempo, que dormías en cualquier cama con tus primos hacinados, que nos juntábamos 20 para comer y cenar, que no nos echaban crema (craso error) y las quemaduras del sol las curábamos con leche fría sobre la piel (verídico). Hace ahora 40 años fui por primera vez a Mallorca, era 1979 y la primera vez que volaba, incluso que viajaba fuera de mi región. Mi padre tuvo vacaciones por primera vez y allá nos fuimos, a Manacor, con mis tíos, mis primos, los primos de mis primos... cada día a una cala, sentados en el maletero de un coche en sentido inverso a la marcha sin ninguna protección (recuerdo que era un Simca 1200), de Manacor a Porto Cristo, a S'illot, a Cala Domingos, a la Costa de los Pinos... y éramos felices. Hoy parece que si no vas a las Maldivas a hacer buceo entre peces payaso o al Nepal para beber té con leche de yak, no has viajado. Yo, aunque hago algún viaje así que luego os cuento paso a paso, echo de menos que mis hijos no tengan la oportunidad de vivir esos veranos donde andábamos, literalmente, "a monte". No nos poníamos enfermos, nos cortábamos y poníamos una tirita, comíamos veinte mil helados y polos, la ensaladilla no llevaba un proceso de frío como está ahora establecido... En fin, parece que hablo de la Prehistoria.

Pues nada, que espero que vuestro verano sea positivo y sobre todo relajante, pero sobre todo lleno de vivencias (no experiencias) que os hagan recordarlo dentro de otros 40 años si seguimos aquí. Los que vienen a hacer "balconing" como única vivencia después de su anodino año entre nieves y frío allá por el Báltico, pues me parece que son candidatos a vivir en los próximos años una depresión y otras consecuencias peores porque tienen una vida y mentalidad preocupante, eso, por supuesto, si ya no han vuelto en una caja de pino como dije antes después de empotrarse contra el suelo de un hotel de Mallorca porque calcularon mal la distancia desde el balcón de su apartamento a la piscina. Ojalá no ocurra mucho este año y que se viva un veraneo tranquilito en cualquier lugar de España. 


domingo, 23 de junio de 2019

DEFENDIENDO LO IRRACIONAL

Han pasado muchas cosas estos días, aunque con la vorágine de final de curso el blog está bastante desangelado. Hoy quería hablar de algunos acontecimientos que han ocurrido tanto a nivel nacional como internacional y que dan que pensar. Lo cierto es que la gente se acostumbra a oír y ver cosas que ya nos parecen normales cuando realmente son de una justificación tan irracional como absurda, incluso diría que delictiva. Intentaré explicarme.

El día a día nos mete en una vorágine de querer hacer cosas en cada momento sin pararnos a pensar unos segundos del beneficio no solo ya para nosotros sino para los demás de lo que estamos haciendo. Y determinados actos que hace unos años nos parecían escandalosos, hoy los avalamos como normales. No solo nosotros, sino también los medios de comunicación y, por ende, la sociedad en general. Por suerte, siempre hay alguien o algo que nos hace plantearnos el dilema y poner los pies en la tierra y decir "NO, ESTO NO ES ASÍ". Aunque a veces surgen personas con comentarios o actitudes que nos lo cuestionan. Empecemos por algún caso concreto.



Niña de 10 años. Como en su colegio se fomenta y se trabaja con las TIC's, el profesorado proyecta vídeos alojados en Youtube como instrumento didáctico o se emplean herramientas digitales para mejorar el aprendizaje, se introduce la robótica, hay un blog de aula, en fin, la tecnología es un recurso de enseñanza más, pues dicha niña llega a su casa y se crea un canal de Youtube. Y desde su habitación muestra a todo el planeta su espacio más íntimo con sus muñecas, sus muebles, sus libros, su ropa... ¿Normal? En teoría sí porque no pasa nada, luego resulta que si a esta niña alguien le sigue por la calle porque le gustan sus vídeos y ella se siente famosa por ello y ese alguien pasa de ser un simple admirador a algo más serio, entonces empezamos a preocuparnos. Y ojo, que no digo que esté bien o mal lo que ha hecho, simplemente que reflexionamos de por qué ocurren determinadas cosas.



Sigo. Pasemos ahora a algo más mediático. Hace más o menos un mes, precisamente en Holanda, una muchacha de 17 años murió porque solicitó la eutanasia debido a que ya con 12 había sido violada en "una fiesta infantil" (???) y posteriormente a los 14 de nuevo abusaron de ella otros varones. Como no ha podido superar el trauma, a los 16 pidió, siguiendo la ley de su país, el derecho a morir, y se le ha concedido. Sin más. Y aquí sí juzgo. Se supone que un país que pretende ser emblema del progreso y bienestar de sus habitantes, debería legislar con ese objetivo. Si su gobierno no es capaz de que, a través de los servicios sociales o del sistema de salud, una adolescente no pueda superar ese trauma (indiscutible), entonces... ¿tiramos la toalla? Sé que esa decisión generó debate en Holanda, pero lo que a mí me alucina es que un hecho así se NORMALICE. 17 años. Nada ni nadie consiguieron que esta muchacha saliese adelante, en uno de los países más avanzados del mundo... o eso nos quieren hacer ver.

Y ahora llegamos a Españistán. No voy a negar que estoy muy contento. Y algunos dirán que es porque comienza el verano y las vacaciones. Pues no. Estoy muy contento (y lo pondré en letra más grande) 

PORQUE 5 CROMAÑONES QUE VIOLARON 10 VECES ANAL, VAGINAL Y BUCALMENTE EN UN PORTAL DE PAMPLONA A UNA MUCHACHA DE 18 AÑOS HAN SIDO CONDENADOS A 15 AÑOS DE CÁRCEL.

Evidentemente no tengo duda de que conocéis el caso del que hablo. Pero aún así, en estos 3 años desde que ocurrieron los hechos durante los Sanfermines de 2016, hemos tenido que ver cómo estos 5 individuos (por llamarles algo) andaban a sus anchas por Sevilla alardeando de lo que habían hecho, por lo que grababan y difundían por redes sociales con la mayor impunidad del mundo. Y lo que es peor aún, que la mayoría de su entorno, su abogado y hasta algún político de ultraderecha del Parlamento andaluz cuestionen estos hechos. Hemos oído de todo, incluso a uno de ellos llorar durante el juicio que "está contra los violadores porque a su novia la violaron con 14 años" y sin embargo él mismo no es capaz de entender que hizo exactamente igual en un portal de Pamplona.
La sentencia del Tribunal Supremo se dictó este pasado viernes, con una orden de detención inmediata de los 5 individuos. En estos tres años hemos salido a la calle para manifestar que aquellos hechos no eran abuso, eran violación; salimos en defensa de una muchacha que podría ser nuestra hermana, nuestra hija, nuestra sobrina... en definitiva, cualquiera mujer de nuestro país. Pero también hemos oído declaraciones vomitivas tanto de su abogado defensor, de su entorno, de parlamentarios de Vox (hay que decir el partido político, evidentemente) en este tono:

- "La relación más segura entre un hombre y una mujer será únicamente a través de la prostitución" (Francisco Serrano, parlamentario de Vox en Andalucía)

- "Seguirá habiendo cinco inocentes en prisión" (Agustín Martínez Becerra, abogado defensor de los 5 condenados).

Y lo que ellos ven NORMAL y transmiten a todos aquellos y aquellas que también lo ven así, es lo que califico como irracional, indefensible, alucinante o simplemente, y en su lenguaje, para darles de comer aparte. Evidentemente los hechos están ahí y cada persona tiene que sacar su conclusión. Se ha recurrido mucho al tema de que ha sido un juicio mediático fomentado y jaleado por la "ideología radical feminista". Y que incluso muchos políticos cuestionaron la primera sentencia de la Audiencia de Navarra y aplaudieron la del Tribunal Supremo. En fin, como para no alegrarse.

El caso es que de entre las miles de respuestas de felicidad que han salido estos días, me quedo con una que encontré en facebook y que publico aquí literalmente. Pertenece a una chica de Burgos llamada Carlota que tiene un blog donde expone, como yo, sus ideas y sus aportaciones desde una óptica personal (corto y pego)

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Les hemos visto drogarse, vacilar con la pistola reglamentaria de uno de ellos, robar gafas en una tienda, sobar entre varios a una chica que está inconsciente y decir en el juicio que la chica de San Fermín seguramente no les habría denunciado "si la hubieran invitado después a una cervecita". Les hemos escuchado hablar de burundaga porque "luego quieren violar todos", llamar "juerga bestial" a la noche de su hazaña y compartir orgullosos su trato habitual a las mujeres. Hemos visto a su abogado llegar a límites vomitivos, repugnantes e inmorales, defendiendo a sus clientes durante horas en televisión. Porque una cosa es hacer tu trabajo y otra cosa es que creer realmente que una violación grupal es "sexo en un ambiente de jolgorio", como defendió uno de los profesionales de la justicia que pedía su absolución. Hemos visto cómo páginas web repletas de machirulos publicaban la identidad de la víctima, riéndose de su físico, insultándola y mofándose de lo ocurrido. Hemos visto cómo los vídeos de la agresión sexual eran los más buscados en páginas porno. Hemos visto cómo gran parte de la sociedad creía su versión y los defendía alegando que son buenos hijos. Alguno de ellos, incluso trabajador. Además de atractivo. "Estos chicos no necesitan violar a nadie". Hemos visto cómo la novia de uno de ellos se quedaba embarazada durante un vis a vis. Hemos visto cómo alguna de esas novias, refiriéndose a la víctima, decía que "a cada cerda le llega su San Martín". Hemos visto cómo la joven era investigada por un detective privado, criminalizándola por llevar una vida "normal". Por seguir estudiando, quedando con sus amigas y publicando fotos en sus redes sociales. Señalándola por no vestirse de luto y no quedarse encerrada en casa. Hemos visto cómo los medios de comunicación ponían el foco en ella, llegando a analizar cuáles pueden ser las diferencias entre hacer una felación obligada y hacerla por gusto. Y lo hemos visto en nuestro país, en pleno siglo XXI.

No olvidemos jamás que estamos contentas, y con razón, porque al fin se ha hecho justicia con estos individuos. Pero ya es triste que aún tengamos que alegrarnos porque a una violación se le llame violación. Valoremos los avances y no decaigamos en una lucha que es diaria. Una lucha que, desgraciadamente, sigue siendo necesaria.


---------------------------------------------------------------------------------

Así que nada, encantado de la vida de que se haya hecho justicia. Y desde aquí a ver si vamos haciendo las cosas más racionales y dejamos de "normalizar" tanto, que a veces esto empieza por pequeñas cosas a las que no le damos importancia y luego tenemos situaciones como esta. y a los jóvenes que puedan leer este blog... deciros que tener sexo con una mujer es algo más que "echar un polvo" en una noche loca, es sentir, respetar, dialogar, percibir y sobre todo, AMAR. Recordad siempre que #NoEsNo y vividlo con la persona que améis.